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Contra el viento. El blog de Ignacio Alvo

Ante la crisis estamos sólos

Como empresario de una pyme con 7 trabajadores, tengo muy claro que de la crisis tendremos que salir sólos, sin esperar ninguna ayuda del gobierno.

Esta crisis es sin duda compleja porque tiene dos componentes que son distintos y ante los que la reacción no puede ser igual. El primero es la crisis financiera global ante la que los gobiernos han actuado razonablemente bien. Dado que ninguna entidad financiera tiene liquidez absoluta (el dinero que recibe lo presta a su vez, y así obtiene su beneficio), ninguna puede resistir una crisis de confianza o de pánico generalizado que conlleve una retirada masiva de depósitos, por lo que los gobiernos han hecho lo único posible: garantizar que ninguna entidad va a quebrar y que los depósitos están garantizados. El que el crédito vuelva a llegar a empresas y particulares es un proceso lento y progresivo ya que va unido a esa recuperación de la confianza.

Sin embargo, respecto a la crisis económica que tiene causas mucho más específicas, el gobierno está actuando de una forma típicamente intervencionista: ayudando a los amigos y olvidándose de la generalidad. Todos sabemos que esta crisis va a ser larga y que va a tener un impacto especialmente fuerte en el empleo. Si esto le preocupara al gobierno, lo que debería hacer es facilitar a las empresas el que puedan mantener a sus empleados o contratar empleados nuevos rebajando el coste de la Seguridad Social. A pesar de lo que algunos puedan pensar, la reducción de personal en las empresas es un proceso traumático y doloroso, que los empresarios preferirían evitar o reducir si fuera posible.

En cambio, el gobierno no ha hecho ninguna rebaja de impuestos y ha tomado tres medidas: La primera destinar 8.000 millones de euros para solucionar los problemas económicos de los ayuntamientos; la segunda aumentar la deuda (es decir, subir los impuestos con pago diferido) para realizar obra pública, y la tercera aumentar la dotación a las autonomías para solucionar también sus problemas económicos. Todo esto mediante aumento de impuestos actual o futuro. Es decir, las Administraciones no se van a tener que ajustar el cinturón y se suben los impuestos al sector privado, mientras 200.000 trabajadores se van al paro cada mes. Quizás sería bueno recordar aquí, que los puestos de trabajo los crean únicamente los emprendedores y el sector privado. Cualquier puesto de trabajo de la Administración se paga con los impuestos del sector privado, por lo que los puestos de trabajo "públicos" tienen un coste directo en puestos de trabajo "privados".

Además, ninguna de las medidas tomadas por el gobierno tiene un efecto general sobre la economía. El dinero que va a ayuntamientos o a obra pública va a un sector muy reducido de grandes empresas constructoras, cuyo problema -además- no es trabajar, sino conseguir que las Administraciones les paguen en un plazo inferior al año.Y estas constructoras no van a contratar trabajadores para unas obras excepcionales, sino que intentarán hacerlo con la misma plantilla. Como mucho se evitarán algunos despidos en este sector al coste de muchos otros en el conjunto de la economía.

En resumen, frente a la crisis los trabajadores y los pequeños empresarios estamos sólos, o para ser más exactos, mal acompañados.

1 comentario

frid -

Estando de acuerdo contigo, pienso que algunos ya no acostumbran a vivir de la subvención, pero así no crecen y se convierten en parásitos de todos.