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Contra el viento. El blog de Ignacio Alvo

Aragón

La reclamación de los bienes: Merecían más.

La reclamación de los bienes: Merecían más.

La concentración de ayer en Zaragoza para reclamar que se ejecuten las sentencias de los tribunales y que los bienes de las parroquias aragonesas vuelvan, me dejó una sensación de tristeza. Habían venido hasta Zaragoza, a la Plaza del Pilar, esos cientos de aragoneses de Aragón Oriental con sus ilusiones y una justa demanda y se encontraron una plaza con muchos más huecos de los que se merecían. Ayer ni Zaragoza ni Aragón supo estar a la altura. Y si analizamos el comportamiento de los partidos, el resultado es todavía peor.

Desde el PAR recibí un sms para acudir a la concentración, pero es evidente que el partido no puso toda la carne en el asador. Si hubiera querido llevar a su gente de los pueblos, habría llenado la plaza, como hizo con la Plaza de toros o el Pabellón Príncipe Felipe hace cuatro años. Ví gente del PAR de distintas partes de la geografía aragonesa, como el anterior alcalde de Barbastro, Manuel Rodríguez Chesa, pero ningún autobús.

En cuanto a la CHA, fue casi peor. Llevaron poca gente, pero además intentaron instrumentalizar el acto, colocándose con banderas del partido cerca del escenario para salir en la foto, y además silbaron a la alcaldesa de Peralta de Alfocea del PP cuando esta habló.

En cuanto al PP, mi crítica sería la misma que para el PAR. Es evidente que no se movilizó, porque si lo hubiera hecho, la plaza se habría llenado.

Y, por último, el mayor esperpento fue el PSOE. Quiso estar sin estar. A última hora se sumó el alcalde de Tamarite de Litera, para que luego no pudieran decirles que no estuvieron. Pero el nivel de representación que envió el PSOE fue un auténtico menosprecio. Ni Presidente, ni Consejera de Presidencia, ni Alcalde de la ciudad que acoje a otros alcaldes hermanos. Las ausencias eran tan clamorosas que dolían. Una sensación, en resumen, triste. Porque los políticos han fallado, pero los ciudadanos tampoco hemos sabido estar a la altura necesaria para darle a esos alcaldes luchadores el calor que se merecen. Sin duda merecían y merecen más.

Zaragoza contra Aragón

Este es un tema recurrente en la política aragonesa, muy extendido entre gente de los pueblos, y sobre todo de Huesca y Teruel, y que yo también compartí en parte hace años. El principio es muy sencillo: “Si en Aragón hay una población y una riqueza determinada, todo lo que crezca Zaragoza, lo hará a costa de los pueblos, y de Huesca y Teruel”. Los hechos, además, parecen confirmarlo: si en los últimos 50 años Zaragoza ha crecido 300.000 habitantes, ha sido porque han emigrado de los pueblos de Aragón. A partir de aquí se inicia una interminable ristra de agravios reales o imaginados “Zaragoza nos ha quitado esto, esta empresa iba a venir aquí, pero se ha ido a Zaragoza, esta carrera iba a venir aquí, pero se la han llevado los de Zaragoza”, lo que unido a una notable falta de tacto por parte de las autoridades políticas en Zaragoza, mantiene vivos estos resquemores.

Sin embargo, el punto de partida es falso. Es una idea muy sencilla y por ello muy atrayente, la de considerar la riqueza como una tarta de un determinado tamaño inmutable. Es la misma idea con la que los socialistas exigen que se reparta la riqueza, sin considerar que la riqueza es algo completamente dinámico.

Cuesta algo más entenderlo, pero la riqueza no “existe”, se crea y se destruye diariamente en miles de acciones e intercambios de particulares y empresas, y determinadas políticas públicas no son ajenas a esa destrucción de riqueza. Basta ver lo que ocurre estos días en que el temor a la crisis hace que los ciudadanos consuman menos, y esto hace que las empresas ya no tengan beneficios ni el Estado superávit. En apenas unos meses, esa riqueza de la que hacíamos gala se desvanece ante nuestros ojos, como el agua en la arena, sin que podamos evitarlo.

Con las ciudades ocurre lo mismo. ¿Alguien cree que Soria está en mejor situación que Guadalajara por estar a 230 km. de Madrid, en vez de a 58? Lo cierto es que no. Como ya he dicho la riqueza no existe, se crea (y se destruye), y las empresas buscan los lugares donde sus posibilidades de éxito son mayores, donde tienen los servicios que precisan, donde pueden acceder fácilmente a sus clientes, etc. Y si Guadalajara y Toledo son las dos capitales de provincia que más han crecido estos años, es porque su cercanía a Madrid les permite compartir ese mercado. A Soria nadie le quita nada, pero nadie muestra tampoco un interés excepcional por invertir en Soria.

Trasladado al caso aragonés, para Huesca es una suerte y una oportunidad estar cerca de Zaragoza, y para Teruel un lastre estar lejos de Zaragoza, aunque puede compensarlo algo al estar relativamente cerca de Valencia.

En este sentido, el éxito y crecimiento de Zaragoza es una oportunidad para todo Aragón. Otro tema distinto es que los poderes públicos deben garantizar unas infraestructuras y un nivel de servicios a todos los pueblos y habitantes que les permita también desarrollarse.

Por último, hay una idea que me gustaría remarcar. Además de los países, las ciudades también compiten por conseguir que las empresas internacionales se instalen en su término o en su cercanía. Esta es una liga restringida donde sólo se suelen considerar unas pocas ciudades -Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla…y a partir de ahora Zaragoza. El salto de infraestructuras de comunicación que ha supuesto el AVE a Madrid y Barcelona, la finalización de la red de autovías con la conexión a Valencia, junto con la promoción internacional de la Expo hacen que esa envidiable situación que siempre ha tenido Zaragoza, a 300 km. de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao, en medio del cuadrante más rico y poblado de España, se pueda por fin aprovechar plenamente.

Quedan todavía aspectos que hay que mejorar, como tener un aeropuerto con conexiones frecuentes a las principales ciudades de Europa, o ejecutar la red de cercanías y metro, pero el futuro de Zaragoza es ahora magnífico, y esto es algo que sin duda beneficiará a todo Aragón.

Manuel Pizarro, ¿Vicepresidente económico?, ¡Ojalá!

Manuel Pizarro, ¿Vicepresidente económico?, ¡Ojalá!

Lo primero que tengo que decir es que, como militante del PAR, lo único que lamento de la entrada de Manuel Pizarro en política es...que no lo haya hecho en mi partido. Aun así, creo que es una gran noticia. Un problema que hemos tenido en Aragón para pintar algo a nivel nacional es que, por una parte, nuestros partidos han tenido siempre una fuerza muy escasa, y por otra, no ha habido aragoneses con peso en los grandes partidos nacionales. La única ocasión en que sí hubo una persona con algo de peso, fue el caso de Luisa Fernanda Rudí y fue una completa decepción, ya que no hizo absolutamente nada por esta tierra.

Creo que en esta ocasión la situación es distinta, tanto por el coraje y la preparación del personaje como por su conocimiento de Aragón y, especialmente de su tierra natal, Teruel. La magnífica relación personal de amistad que mantienen José Angel Biel y Manuel Pizarro, puede dar paso además a una etapa de entendimiento entre el Gobierno de Aragón y el de Madrid que dé un impulso definitivo a infraestructuras pendientes como las del Pacto del Agua o las comunicaciones en Teruel.

Queda una última cuestión pendiente y es saber qué pasará si el PP llega al gobierno y Valencia y Murcia exigen su tajada en forma de trasvase. Hasta ahora yo tenía muy claro (y lo sigo teniendo) que el PP de Aragón se plegaría a lo que le dijeran desde Madrid y bendeciría el trasvase, por muy injusto o irracional que fuera. Ahora, sin embargo, creo que si Pizarro es Vicepresidente económico, será muy difícil que se haga el trasvase. Veo más capaz a Pizarro (y confío más en él) para enfrentarse él sólo a Zaplana, a Camps y a Valcárcel, que a Alcalde, Buesa, Rudí o Lanzuela para emitir una simple queja. Aun así, habrá que estar atentos a lo que pasa en la campaña, porque no creo que en Valencia y Murcia se queden tranquilos.

Gran Scala: Sí, por supuesto, pero hagámoslo bien

Gran Scala: Sí, por supuesto, pero hagámoslo bien

Mi posición sobre Gran Scala es muy clara: apoyo al 100% este proyecto y deseo fervientemente que se haga. Preferiría que sólo hubiera parques temáticos, hoteles, campos de golf, parques acuáticos y spas, pero si se necesitan casinos para que salga adelante, no seré yo el que me oponga. Si se construye Gran Scala no sólo tendremos un centro turístico de primer orden mundial con miles de empleos directos e indirectos, sino que el salto en infraestructuras beneficiará a todo Aragón. La construcción de la autovía entre Bujaraloz y Huesca, pasando por Sariñena, es una arteria de gran importancia para vertebrar la zona y que debería continuar hasta Alcañiz y llegar hasta el mar, acercando el turismo de Valencia. Igualmente, la autovía Lérida-Huesca-Pamplona, recibiría un gran impulso, y podemos estar seguros de que los aeropuertos de Zaragoza y Huesca tendrán vuelos con toda Europa, lo que será una gran ventaja para empresas y particulares.

Por esto, las opiniones que leo contrarias a Gran Scala, basándose en el "desarrollo sostenible", y en "proteger el desierto", me suenan a retórica hueca de los que siempre se oponen a todo... y especialmente si al que fastidian está lejos. Me parece sangrante que a los pueblos de Monegros se les quiera negar esta oportunidad de desarrollo cuando llevan 50 años muriendo poco a poco, esperando que llegaran unos regadíos que nunca han llegado, viendo cómo PSOE y PP prometían en el Levante un agua que aquí "sobraba" y que era su vida y viendo por último cómo todos los gobiernos prometían hacer las obras del Pacto del Agua... que ninguno ha hecho.

Sin embargo, esto no quita para que las cosas se hagan bien, y hoy he leído una cosa que no me ha gustado nada. Según parece se va a tramitar una ley urbanística que traspone algunos artículos de la Ley estatal del Suelo y que permiten expropiar terrenos rústicos valorándolos mediante una capitalización de la renta anual de sus cultivos. En muchos casos ese valor se acercará extraordinariamente  a cero (diez por cero, igual a cero), y sería un muy mal modo de iniciar el proyecto. Este proyecto, si sale adelante, va a beneficiar a todo Aragón, y es justo que los agricultores expropiados sean los primeros en beneficiarse.  

Yo confío en que las cosas se acabarán haciendo bien, pero una Ley así no es un buen presagio.

Seguiremos atentos.