Las reformas pendientes
A lo largo de una serie de artículos quiero plasmar las reformas que considero más importantes para que nuestro país salga adelante y tenga un futuro mejor que el que ahora se atisba. Parto para ello de tres ideas básicas en las que creo:
1º/ Normalmente no es necesario inventar: basta con copiar adecuadamente lo mejor de aquellas sociedades que lo están haciendo mejor que nosotros, adaptándolo a nuestras circunstancias. Esto exige, por supuesto, un análisis en detalle de por qué un modelo funciona en unos sitios y en otros no. Si pensamos por ejemplo en la Educación y en Finlandia, algunos se fijarán en que las escuelas son abrumadoramente públicas; otros en que a pesar de ser públicas, compiten entre ellas y los fondos que obtienen dependen de sus resultados; otros en fin en que los profesores no son funcionarios, tienen un enorme prestigio social, necesitan una altísima nota para convertirse en profesores, y se invierte mucho en su formación continua. Si sólo nos fijáramos en que en Finlandia la escuela es pública, no entenderíamos por qué allí funciona y por qué aquí la escuela pública obtiene peores resultados que la concertada, a pesar de recibir más fondos por alumno.
2º/ Los incentivos deben estar alineados con los objetivos. Esto, que parece muy evidente, no es tan habitual y es la principal causa de que fracasen las políticas públicas.
3º/ La política del avestruz, de intentar cerrar fronteras y quedarse al margen del mundo, no funciona. Las políticas proteccionistas y de subsidio llevan a una pobreza generalizada. Desde Aragón podemos y debemos competir a nivel global. Desde el orgullo y la autoestima, aunque sin desconocer nuestras carencias, debemos levantar la cabeza, mirar de frente a nuestro futuro y luchar para que Aragón sea una tierra de prosperidad y oportunidades para nuestros hijos.
La riqueza de las naciones. Creo que cualquier observador inteligente se da cuenta de que la riqueza de una nación no depende de sus materias primas, ni de su riqueza pasada, aunque los dos factores puedan ayudar. Argentina es un país más rico y con mayor riqueza acumulada que Chile, pero su presente y futuro es mucho más incierto que el de su vecino más pobre. Del mismo modo, Venezuela es un país increíblemente rico no sólo en petróleo, sino en oro, aluminio y muchas otras materias primas. Sin embargo, su gobierno está llevando al país a la quiebra y la pobreza.
Los tres elementos básicos para la prosperidad de una nación son la seguridad jurídica (Estado de Derecho), la formación y preparación de sus habitantes y un ambiente predispuesto al éxito empresarial (libertad económica). En Aragón y España disponemos de una razonable seguridad jurídica -aunque la corrupción sea un lastre- y pertenecemos a la Unión Europea, lo que garantiza un cierto nivel de libertad económica, aunque esta sea muy mejorable y posiblemente sea en el ámbito de la formación donde nuestras carencias son más evidentes.
En los siguientes artículos quiero tratar las reformas pendientes en los ámbitos de legislación laboral, impuestos, educación, justicia, investigación, pensiones, sanidad y energía. Son cuestiones de las que dependen nuestro presente y futuro, y en las que el tancredismo, el miedo al cambio, o la defensa de privilegios inaceptables, sólo puede llevarnos a la mediocridad y el retraso.
Dado que nuestro mayor problema es el del paro, empezaré con la reforma laboral.
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